La transferencia del cuidado de un paciente con epilepsia desde el neuropediatra a un neurólogo de adultos puede resultar una situación compleja de manejar. No solo para el paciente, sino también para la familia y el equipo médico. Por ello, se recomienda implementar “Programas de Transición”, los que se inician en la adolescencia (alrededor de los 14 años) y concluyen a los 18 años, momento en que se materializa el traspaso.
Para implementarlo se requiere idealmente de un trabajo en equipo con participación de numerosos profesionales: pediatras y médicos de adultos, enfermeras, psicólogos clínicos, trabajadores sociales, equipo de farmacia y personal administrativo, además de la estrecha colaboración de la familia.
En este proceso se distinguen tres etapas:
- preparación para la transición de niña/niño a adulto
- transferencia a los profesionales de adultos
- integración en los servicios de adultos y seguimiento post transferencia
