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Epilepsia y actividad física

Recibir el diagnóstico de epilepsia puede ser impactante para la persona y su familia, surgen muchos temores, sobre todo aquellos relacionados a las crisis, pues estas aparecen de forma imprevista, lo que conlleva a restricciones (muchas de ellas autoimpuestas), aislamiento y la creencia de que tener epilepsia es sinónimo de discapacidad. 

Esto se ve muy bien reflejado si hablamos de actividad física, pues las personas con epilepsia generalmente son excluidas de los deportes y el ejercicio debido al miedo, sobreprotección e ignorancia, por lo tanto, debemos abordar el temor que existe respecto a la relación entre actividad física y epilepsia. 

Los estudios demuestran que, en personas con o sin epilepsia, realizar ejercicio mejora la condición física, el estado de ánimo, la memoria y la calidad de vida en general, y contrario a lo que muchos creen, la actividad física, no aumenta el riesgo de presentar crisis epilépticas. Sin embargo, en encuestas realizadas por la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE), se ha constatado que las personas con epilepsia son menos activas, ya que tienden a percibir su estado de salud como “malo”, independiente de si tienen un buen o mal control de sus crisis, siendo además un tema que no se aborda habitualmente con el médico o equipo de salud, sobre todo en la edad adulta. 

Para derribar este mito y los temores, lo primero es hablar con su neurólogo tratante respecto al riesgo y los beneficios que significa realizar algún tipo de actividad física. Para determinar esto, el médico considerará los siguientes factores: tipo de epilepsia (focal versus generalizada), presentación de las crisis (diurnas versus nocturnas), adherencia al tratamiento farmacológico, cambio o suspensión del tratamiento, factores gatillantes de crisis (fotosensibilidad, privación de sueño), tiempo de evolución de la epilepsia, entre otros. 

La ILAE elaboró una guía con recomendaciones específicas respecto a la práctica de deportes de personas con epilepsia, la cual fue desarrollada considerando tanto el riesgo para la persona que realiza la actividad, como para los observadores o acompañantes en el caso de un eventual accidente, producto de una crisis epiléptica; así la ILAE ha definido 3 categorías: sin riesgo, con riesgo moderado para la persona, pero sin riesgo para los observadores y de alto riesgo para la persona con epilepsia y/o para los observadores o acompañantes. Estas recomendaciones pueden ser modificadas por parte del neurólogo tratante, considerando los factores antes mencionados. 

Grupo 1: sin riesgo. 

  • Atletismo, bowling, artes marciales (judo, kárate, taekwondo), básquetbol, vóleibol, fútbol, rugby, golf, hockey, tenis, ping-pong, esquí, danza. 

Grupo 2: con riesgo moderado para la persona con epilepsia, pero sin riesgo para los observadores o acompañantes. 

  • Esquí de descenso, tiro con arco, triatlón (correr, andar en bicicleta y nadar), boxeo, ciclismo, esgrima, gimnasia, equitación, patinaje, skate, snowboard, natación, ski acuático. 

Grupo 3: alto riesgo para las personas con epilepsia; en algunos de ellos, hay riesgo para los observadores o acompañantes. 

  • Aviación, escalada, buceo, carreras de autos, paracaidismo, navegación en solitario, windsurf. 

La actividad física es una parte importante para mantener un estilo de vida saludable y un factor protector en todas las etapas de la vida, pues disminuye el riesgo de enfermedades, mejora nuestro estado físico y salud mental, disminuye el estrés y la ansiedad, favorece la calidad del sueño, el aprendizaje y la memoria, nos permite sociabilizar, aumenta la autoestima y en el caso de las personas con epilepsia, además, permite un mejor control de las crisis en cuanto a frecuencia y severidad. 

Recuerda: 

  • Con solo realizar algún tipo de actividad física por 30 minutos, 3 veces por semana, dejarás de ser sedentario. 
  • Evita el ejercicio excesivo, comienza a tu propio ritmo. 
  • Entrenar en un gimnasio, puede no ser accesible para todos, pero la actividad física se puede realizar en cualquier lugar, por ejemplo, salir a caminar es un buen comienzo. 
  • Los niños con epilepsia SÍ pueden realizar educación física en el colegio. 
  • Siempre debes usar los elementos de seguridad indicados para cada tipo de deporte, como cascos, rodilleras, arnés u otro. 
  • Trata de realizar actividad física acompañado por alguien que sepa que hacer en caso de tener una crisis. 
  • Conversa del tema en la próxima consulta médica, que la epilepsia no te detenga.

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