La epilepsia es una enfermedad que puede presentarse en todas las edades, en hombres y mujeres y en todos los niveles socioeconómicos. Lo que se sabe hasta el momento es que al menos un 25% de las causas que provocan epilepsia se pueden prevenir, entre ellas se encuentran:
Traumatismo encéfalo craneano (TEC): la prevención y disminución de caídas, accidentes de tránsito y lesiones derivadas de la práctica de deportes de alto riesgo, entre otros, se logra usando elementos de protección personal, como casco, cinturón de seguridad, arnés, etc.
Infecciones del Sistema Nervioso Central (meningitis, encefalitis, neurocisticercosis): la prevención se enfoca a través de la implementación de políticas públicas de salud como los programas de vacunas, el control ambiental de parásitos, evitar el consumo de carnes sin cocción, entre otras.
La atención de salud oportuna durante el embarazo, el parto y las primeras horas de vida del recién nacido, evitarán las lesiones cerebrales generadas a raíz de un parto prematuro, sufrimiento fetal o hipoglicemia.
Accidentes cerebro vasculares (ACV), la prevención se centra en reducción de los factores de riesgo cardiovascular, por ejemplo, a través de promoción de estilos de vida saludable, control de la hipertensión arterial, la diabetes, la obesidad, evitar el tabaquismo y el consumo de alcohol u otras drogas.
La única causa de epilepsia que no se puede prevenir, es aquella de origen genético.
